lunes, abril 13, 2009

Sublimando: Una cerveza para Gabriel.

Una niña descalza de rostro sufrido corre entre las tumbas que se encuentran cerca de la entrada sur del cementerio.Verónica, la florista, la reprende pidiéndole más respeto.
El viento empuja las palabras hacia los bamboleantes cipreses, que de forma ordenada se elevan a ambos lados del camino principal del camposanto.
Hoy será un día diferente, es el funeral de un hombre que conocí hace mucho tiempo; me enteré por casualidad esta mañana en la radio.
¡Ya están aquí! No quiero que me reconozcan. Me escondo detrás del panteón de los Gutiérrez. Es bastante alto y puedo otear sin ser descubierto.
Se nota que el dinero no fue problema para adquirir el ataúd de Gabriel, hace años que no veo uno tan lujoso.
Rolo, Jorge y Gustavo lo transportan con rostros compungidos, todos eran amigos míos.Una sonrisa que prohíbo se convierta en carcajada escapa de mis labios al recordar ciertos momentos…éramos muy pobres; la tía Rita nos daba centavos por las latas vacías de cerveza que encontrábamos en la calle y en los alrededores de las discotecas para la “terapia” de Gabriel… tenía problemas nerviosos o algo por el estilo y el tratamiento en el loquero era muy costoso, su familia no tenía dinero ni para empezarlo.Los ataques de rabia y los berrinches regados de gruesos epítetos que tenía Gabriel asustaban a todo el pueblo hasta que la comadrona doña Ana, dió en la tecla con una cura casera y barata, casi gratuita :aplastar con los pies, por lo menos diez latas vacías de cerveza por día, así descargaría su agresividad.Nos gustaba ocultarnos detrás del gallinero para observarlo cuando lo hacía, era divertido verlo gruñir mientras las pisaba dejándolas lisas y planas.
Un día, doña Ana, agregó otro tratamiento: reventar los globitos de aire de los envoltorios de los aparatos electrónicos que se vendían en la zona baja de Ciudad del Este.La mayoría de los compradores eran argentinos y brasileños y para pasarlos por la aduana sin pagar impuestos, hacían más pequeños los bultos tirando los envoltorios; nosotros los recogíamos y se los llevábamos a la tía que nos recompensaba con monedas.
Con el correr de los años las cosas cambiaron, el papá corrupto de Gabriel hizo carrera en la política, ascendieron en la escala social y obtuvieron mucho dinero.Los psiquiatras de renombre reemplazaron a las burbujas de plástico y a las latas vacías por costosos medicamentos. El barrio les quedó chico y se mudaron a Asunción, nunca más los volví a ver.
Ahora Gabriel está muerto. Apenas tendría unos cuarenta años. De nada le sirvió la fortuna acumulada.Oí que murió de una sobredosis de sedantes.
Yo, sigo siendo pobre.Vivo en el cementerio, nadie lo sabe.Tengo un catre en el interior del mausoleo de los Molina.
Por fin se retira el cortejo. Quedan flotando en el ambiente las palabras de despedida que pronunciaron los amigos del difunto. ¡Una mentira tras otra! Después de morir, todos se convierten en arquetipo de virtudes, pero sé que Gabriel no era bueno ni cuando dormía.
Ahora me aqueja un dilema moral. Yo sobrevivo como puedo vendiendo las flores que los difuntos, gracias a Dios, no se llevan consigo.Es la primera vez que el muerto es un conocido mío. Me da un no sé qué quitárselas.
Quedo sumido en un profundo silencio, en solemne actitud. Súbitamente recuerdo algo muy importante. ¡A Gabriel le daban alergia las flores! Las odiaba porque lo hacían estornudar. Así que callo esa voz interna que me dice que no las toque y tan rápido como puedo armo dos ramos y los llevo a la revendedora de la esquina.Con el dinero de la venta me tomaré unas cervezas en su memoria y como un homenaje póstumo, le dejaré varias latas vacías sobre su tumba, por si necesita aplastarlas.

26 comentarios:

Anthoyne dijo...

Yo suelo profanar tumbas en mis sueños y buscar lombrices y gusanos en epitafios de madera para ir a pescar por los alrededores de La Plata...una vez sentí rechinar "algo" en un mausoleo, quizás fue tu personaje...eso sí!, latas de cerveza no había, solo se dejaban ver cascarones TetraBrick de vino tinto barato.

GABU dijo...

Mmmmmmm... Bonita la actitùt de recordar que al menos al quia en cuestiòn le daban alergia los floripondios,no??

P.D.:Creo que tambièn es un rememeber expiatorio pa' salvaguardar ese estado culpògeno pòstumo tambièn... Oo

¡¡CUACK!!
jajajajajjjjj

BESUPS

Chiru dijo...

eso sí que es cambiar los actos "repudiables", en algo que favorezca a quien los realiza.
Cada uno sobrevive como puede no?

Nisskapizca dijo...

Y casi ni la piensa. Aunque creo que es mucho mejor darles uso a las flores, total el muerto ni sabe, y además que las flores podridas huelen mal!!!

Saludos =)

Ego... dijo...

Impresionante...
Me encantaste

¿Cómo se puede fascinar tanto con un relato tan breve?? Qué arte
Besos

La otra parte de mí dijo...

ANTONIO,ayyyy amigo...quíen te dice...capaz que si!!
GABU,y siii,pobre muchacho..
CHIRU,esa es la idea de este cuento..contar cómo se sobrevive...besos.
PIZCA,tal cual!!
EGO,gracias!!

muchasmiradas dijo...

Muy atrapante.Muy bueno.
Saluditos. :P

Iss dijo...

estupendo texto, me envolvió de principo a fin... por cierto a mi me encanta reventar burbujas de aire y mira que no estoy loca.... bueno no tanto...jejeje

saludos!

La otra parte de mí dijo...

MUCHAS MIRADAS,gracias!!
ISS,jajaj

LUIS TORRES dijo...

Bune ejercicio esto de narrar historias.. y sobr tumbas y muertos.. un tema ke no quiero tocar, por el momento..

saludos...

Яaƒ dijo...

Me encantó el relato... me dieron ganas de reventar burbujas de aire... y el final me fascinó...



saludos

El hada dijo...

Tan real, como triste y divertido.. Una mezcla tan dificil de encontrar.. Fantastico..

El Hada

Anónimo dijo...

Odio los cementerios.

La otra parte de mí dijo...

LUIS,gracias por pasar a leerme y dejar tu comentario.
RAKRO,gracias!!
HADA,gracias,me alegra que te haya gustado.beso.
LUCY,yo también.

серый человек (P) dijo...

No es que me gusten los cementerios, pero siento que es el unico lugar donde se puede respirar respeto. Será porque hay que esperar a que alguien se muera para dejarlo en paz, y a veces ni siquiera.

Excelente narracion!
Besotes! :)

La otra parte de mí dijo...

????,muy buena reflexión la tuya...abrazo.

Mar Caballero dijo...

Muy bueno...

saludos

aqui `pasando a leerte

manu dijo...

jeje...escrito fresco y sincero. me gustó la historia, muy original...pero más me ha gustado lo original del final. encontraste las notas musicales justas para el final.

un beso...como no sé me ocurrió a mi esa historia jeje!!!

María Gabriela Costigliolo dijo...

Me dio tristeza... no es triste pero bue... esta muy bueno, es mas lo lei de un tirón.. me gusta comoe scribis che....

Mamarracho dijo...

Sería genial tenerte concursando en mi blog, pasa por ahí y animate!!

La otra parte de mí dijo...

MARCELA,gracias!!
MANU,gracias!!
GABY,gracias!!
MAMARRACHO,intentaré pasar,estou pasando una época de muchos conflictos y casi ni tengo tiempo para leer otros blogs,pero haré lo posible,igual mil gracias por la invitación.besos.

M dijo...

Escribís muy pero muy bien, excelente relato! y me encantó el final, lo de dejarle latas en vez de flores :o).
Un beso

PD. hacía rato que no veía tus actualizaciones, me debe andar mal porque me pasó lo mismo con otro blog, por eso hace mil que no te visito. Otro beso

Mariela Torres dijo...

¡Qué buen cuento! Me gustó mucho, impecable.

Besos.

Romina E. dijo...

Hola!, Por mi blog le han dejado un premio.
Besos!

Romina E. dijo...
Este blog ha sido eliminado por un administrador de blog.
La otra parte de mí dijo...

HAIFA,hace rato yo que no actualizo también...estoy con mucho estudio y no tengo tiempo.besos y gracias por pasar.
MARIELA,gracias.
ROMINA E,gracias!!